LAGUNAS EN EL ECUADOR

LAS LAGUNAS DE IMBABURA, UN VIAJE TEMÁTICO
Yahuarcocha, una de las lagunas de Imbabura. Foto: Mitur.
Imbabura es un provincia hermosa, sus lagos y lagunas son el mejor reflejo del verdor, agua y sol que la cubren. Si quieres ponerte como reto un viaje temático, prueba visitar las lagunas de Imbabura en un fin de semana. Eso mismo hice, por eso les contaré qué tal me fue en esta nueva jornada de turismo en Ecuador.
En la zona hay alrededor de 28 lagunas. Oh, pero no te apures en abarcarlas todas… eso es una locura. Escoge dos o tres para llenarte de toda esa energía viajera y disfrutar la experiencia lacustre. Las más visitadas son: el Lago San Pablo, Laguna de Yaguarcocha, Laguna de Cuicocha, Laguna de Mojanda, de Piñán… ¡ya perdí la cuenta!
En la zona hay alrededor de 28 lagunas. Oh, pero no te apures en abarcarlas todas… eso es una locura.
Lago de San Pablo
Me había instalado el día anterior en Otavalo. Yo volveré mil y una veces a esa pequeña gran ciudad, una gran razón es su cercanía al Lago de San Pablo, pues queda a 4 kilómetros (km), entrando por la vía Panamericana Norte al sector Eugenio Espejo. Ir en taxi tiene un costo aproximado de USD 1,50; mientras que en bus, unos USD 0,25 ctvs.
Es el más grande y considerado sagrado por los pobladores indígenas, que también lo llaman Imbakucha. Uno puede detenerse en un muelle para admirar al monte Imbabura en su magnitud y tomar fotos, dar un paseo en bote o pintar el lago, que está a 2.660 metros sobre el nivel del mar (msnm). Este sitio todavía debe ser remodelado para que los turistas se sientan más a gusto, por eso el taxista me recomendó que vayamos a Araque, una población muy cercana que bordea el lago, porque ahí queda el Parque Acuático del mismo nombre.
Fue un acierto. El lugar es agradable y se respira tranquilidad. Cuando llegamos, la comunidad Araque se encontraba en plena minga para limpiar las instalaciones y pintar algunos de sus sectores, labor que suelen realizar los sábados.
En el Lago de San Pablo se puede apreciar las totoras, plantas con los cuales los pobladores hacen artesanías y principalmente canoas, con las que salen a pescar al lago muy temprano por la mañana.

Hay un comedor en caso de que se despierte el hambre. Y como no podía ser de otra forma, tiene un reloj solar, donde me emocionó poder calcular la hora de forma muy precisa, con la ayuda del astro y sus sombras.
En esta laguna de Imbabura también se puede andar en bote o hacer ski acuático. Yo me acosté en la yerba un buen tiempo, disfrutando ese cielo azul y el sonido cercano de los patos.
Yo me acosté en la yerba un buen tiempo, disfrutando ese cielo azul y el sonido cercano de los patos.
Laguna de Yahuarcocha
Nombre kichwa un poco perturbador, pues significa ‘lago de sangre’. Sin embargo, estar allí es vivir algo completamente amigable y mejor aún con la familia o más seres queridos. La primera pregunta que me hice en Yahuarcocha es ¿qué no se puede hacer allí? Es que tiene una pista oficial de carrera de autos, también kartódromos; paseos en bote en la laguna; botes chocones; subiendo una loma se puede realizar parapente; pescar truchas y langostinos; observar aves; picnic entre los árboles con vista a la laguna y juegos muy interesantes a lo largo del parque que circunda la laguna. Por supuesto caminar y andar en bicicleta es otra opción.

Para llegar a esta laguna de imbabura pedí un taxi desde el centro de Ibarra (USD $3), es un trayecto de unos 15 minutos; también hay buses que te llevan. Si lo primero que deseas hacer es ir en bote, es bueno decirle eso al taxista, porque allí deberá avanzar hasta el fondo del extremo izquierdo y si te dejan en la entrada del Parque te tocará realizar una caminata de una media hora. Igual andar hasta allá no es en absoluto una mala opción, pues ver a la gente en plena alegría te contagia; o también observar a los contemplativos. Cuando me tocó recorrer un tramo hacia los botes, había un anciano, impasible e inmóvil con su caña de pescar. No era el único.
Pierdes vista a la orilla y te das cuenta de lo extensa que es esta laguna.
Subirte en la embarcación cuesta USD $1,50 y USD $5 si es un bote a pedal para cuatro personas. Tienes que hacerlo, la brisa que se siente mientras el yate va a todo motor es como recibir la montaña en ráfagas de aire, como abrir la puerta de la refrigeradora en un día caluroso. Es mejor aun cuando pierdes vista a la orilla y te das cuenta de lo extensa que es esta laguna.
Regresé al parque con una sonrisa que me duró por horas. El anciano pescador seguía allí inmóvil. Caminé y me detuve a cada momento para grabar ese cielo azul en mi mente. Una multitud de garzas bueyeras andaban en plena fase de anidación entre las plantas que se orillan en la laguna. Pero la imagen más bonita que recuerdo es una pequeña niña indígena en el momento que su carnada atrapó un pecesito y corrió a mostrárselo a su papá. Cuando veo la foto, la sonrisa me vuelve al rostro.
Sin darme cuenta ya llevaba más de cuatro horas en el parque. No me fui sin antes jugar en un go kart del kartódromo más cercano. Muy recomendable.
Laguna de Cuicocha
Forma parte de la Reserva Cotacachi-Cayapas, que es sin duda uno de los lugares de Imbabura y del turismo en Ecuador imperdibles. Yo no pude avanzar, porque preferí explorar Otavalo -ya he dicho que me encanta esa ciudad-, pero justo un amigo iba en grupo de viaje hacia Cuicocha, entre ellos un argentino que la pasó realmente bien, por detalles que a veces pueden parecernos inadvertidos. Por ejemplo, le pareció muy divertido el reloj solar de esa localidad y le impresionó el paisaje panorámico tan singular que permiten nuestros montes y cráteres. Esta laguna es una ejemplo de eso, con sus 132 metros de profundidad, su formación se debe a un cráter que se derrumbó en las faldas del volcán Cotacachi. Otro punto a destacar es el permanente deseo de sus pobladores por hacer sentir cómodos a los visitantes, pues pese a vivir en un tesoro de la naturaleza, ellos lo comparten con una humildad muy cálida, ideal para un clima frío como el de las altitudes andinas.

comparten con una humildad muy cálida, ideal para un clima frío como el de las altitudes andinas.
Llegar a la Reserva, como en la mayoría de los lugares de turismo de Imbabura, es sencillo. Desde Quito se sigue la Panamericana Norte hacia Otavalo y desde allí seguir 8km hasta el intercambiador que conduce a Cotacachi, donde se encuentra uno de los mejores mercados artesanales de la serranía.
Para llegar a la reserva desde Cotacachi se sigue al sur occidente por 12 kilómetros de vía asfaltada.
Más Lagunas, siempre más lagunas
La provincia azul, como también llamamos a Imbabura, tiene otras opciones lacustres magníficas. Al sur de Otavalo, la Laguna de Mojanda conformada por las lagunas de Caricocha, Huarmicocha y Yanacocha es un sitio de colores intensos que parecen pasados por filtros de instagram, pero no… es la vida real y place acercarse. Es importante saber que en las noches el lugar puede llegar a temperaturas de -2º C. Vaya abrigado.
es un sitio de colores intensos que parecen pasados por filtros de instagram, pero no… es la vida real
Otra laguna de Imbabura similar es la de Piñán que forma parte de la Reserva Cotacachi-Cayapas. En Cotacachi sabrán cómo guiarlo de la mejor manera para llegar a esa zona que comprende hasta 35 lagunillas. Siempre pregunten a la gente, es lo mejor que pueden hacer para conocer mejor esta provincia.
¿Y tú… cuáles lagunas de Imbabura te animas a conocer?

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